Europa contra la obsolescencia programada

Parlamento Europeo
Imagen de la entrada al parlamento europeo

En la era de la tecnología usamos aparatos electrónicos día tras día, y en todo momento. ¿Recuerdas ese Nokia indestructible? ¿Esa bombilla que sigue encendida 100 años después? ¿O la lavadora de tu abuela que duró 30 años? Seguro que dices o has oído decir que «las cosas de ahora no duran como las de antes». Esto es por lo que se llama la obsolescencia programada.

Es cierto: la gran competencia, la reducción de costes y querer vender a un mejor precio y/o obtener más beneficio ha hecho que se fabrique producto de peor calidad. Y seguro que menos duradero.

La obsolescencia programada es algo que el fabricante hace para que los aparatos no duren más de ciertos años para que así compres uno nuevo. De esta manera se aseguran que sigue funcionando la producción y venta de nuevos aparatos. Lo mismo puede ser un componente electrónico que tiene una durabilidad estimada de 2000 horas o un tambor de lavadora que aguantará 7 años lavando.

Europa establece normas claras

Europa se ha querido plantar respecto a la ida de «usar y tirar» electrodomésticos. Quiere frenar el nivel de contaminación medioambiental que la fabricación constante de aparatos general, así como el reciclaje de los estropeados. Por lo tanto, la Comisión Europea ha aprobado una nueva normativa que obligará a las empresas a ofrecer piezas de recambio de los electrodomésticos hasta 10 años después de su compra.

Esta nueva ley entrará en vigor el 2021 y lo que se intenta conseguir es que aparatos que estén en buenas condiciones para funcionar se tiren a la basura. Una reparación puede dejarla funcionando durante unos años más. Sin embargo la medida ha sido calificada de ser muy débil y de no ofrecer un cambio significativo.

¿Cómo nos afecta a los consumidores?

Ahora mismo en España la ley establece un plazo de 7 años garantizadas de piezas, por lo que ha habido un aumento de 3 años más, lo cual puede suponer la diferencia. Por lo general los aparatos se estropean a partir del séptimo año.

Si tenemos un electrodoméstico común con una avería, lo que deberíamos hacer es llamar a un técnico profesional, que diagnostique el problema y realice la reparación. Si el aparato tiene menos de 10 años, la pieza que sea necesaria sustituir seguirá en activo, por lo que el fabricante tiene la obligación de vendersela como repuesto a quien quiera que la necesite.

77% de los ciudadanos de la UE preferirían reparar sus bienes que comprar otros nuevos, pero en la última instancia tienen que reemplazarlos o descartarlos porque se ven desalentados por el coste de las reparaciones y el nivel de servicio prestado.

Eurobarómetro 2017

Lo que la norma no dice es el precio de las piezas, ni el coste máximo ni nada parecido. Por lo que quizá, dependiendo de la avería, reparar un electrodoméstico pudiera ser más caro que comprar uno nuevo. Además esta nueva normativa solo afecta a los electrodomésticos más comunes, como lavadoras, frigoríficos y hornos, dejando de lado todo tipo de dispositivos que también contaminan y cuentan con una vida útil muy limitada por las compañías. ¿Quién no ha cambiado un smartphone porque el que tiene ya no recibe actualizaciones, no permite instalar aplicaciones o la batería no funciona correctamente? Aunque este smartphone tenga los componentes en perfecto estado, el fabricante se encargará de abandonarlo totalmente, dejándolo a su suerte.

Bruselas calcula que se dejarán de gastar 711.000 millones de litros de agua al año gracias a la reparación de lavadoras, y 16.000 millones por los de lavavajillas. Además esta norma también impone a los fabricantes la producción de nuevos aparatos con consumo energético más eficiente, por lo que esperamos que los etiquetados de todos los productos sean A+++.


¿Qué es la obsolescencia programada?

La obsolescencia programada es un término que se refiere a la práctica de diseñar productos con una vida útil limitada, de manera intencional, para que sea necesario reemplazarlos con mayor frecuencia. Esto se hace con el objetivo de aumentar las ganancias a corto plazo de las empresas, ya que los consumidores tendrán que comprar nuevos productos con más frecuencia.

Tengamos en cuenta que hay dos tipos de obsolescencia:

  1. Obsolescencia funcional: cuando un producto se hace obsoleto a nivel de sus características o funcionalidades.
  2. Obsolescencia percibida: cuando un producto se hace obsoleto por la percepción de los consumidores, aunque no haya cambios en su funcionalidad. Esto se logra a través de la modificación de su diseño o a través de la comunicación de la marca para generar una percepción de desactualización del producto antiguo.

La obsolescencia programada puede aplicarse a una amplia variedad de productos, desde electrónica hasta juguetes, y se ha convertido en un problema importante en términos de medio ambiente y sostenibilidad, ya que el reemplazo frecuente de productos contribuye al aumento de la cantidad de residuos y la extracción de recursos naturales. Es importante que los consumidores tomen conciencia de este problema y busquen opciones más sostenibles y duraderas, mientras que las empresas deben ser más responsables en la producción de productos con vidas útiles más largas.


Como opinión final: desde Keaparat animamos a todos los usuarios a reparar sus electrodomésticos. El medio ambiente sufre, y la colaboración de todos hace una gran diferencia. Mi consejo es llamar al servicio técnico oficial de cada marca, recibiendo así una atención óptima y de calidad, así como garantía en reparación y presupuestos reales sin sorpresas.

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